– Los experimentos con los robots en el campo, sobre todo cuando salen bien y hacen justo lo que has programado que hagan.
– Enseñar a mis alumnos a hacer videojuegos y, por qué no decirlo, probar los trabajos que entregan al final del curso.
Haciendo repaso me doy cuenta de que echo de menos muchas cosas de mi época del doctorado. Éramos jóvenes, queríamos comernos el mundo, aprendíamos muchas cosas y encima nos divertíamos. 😄
Comentarios