Tu pregunta es muy interesante; nunca he trabajado con prótesis robóticas, pero trataré de responderla lo mejor que pueda. 🙂
Ahora mismo el mayor reto de implantar una extremidad robótica a una persona es el control. Cuando pensamos en mover el brazo, una señal se propaga por nuestro sistema nervioso desde el cerebro hasta los músculos del brazo y, efectivamente, nuestro brazo se mueve. Para hacer lo mismo con un brazo robótico, habría que recibir estas señales de los nervios con unos sensores adecuados, interpretarlas con un procesador y mandar comandos a unos motores. Si no me equivoco, esta conexión entre el cuerpo humano y el robot no está muy desarrollada todavía y posiblemente un brazo robótico no se mueva de la misma forma que uno natural. Igualmente, la persona que tiene un brazo robótico puede entrenarse para manejarlo adecuadamente y acaba teniendo bastante movilidad.
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