Perfil

Siempre he tenido mucha curiosidad por averiguar cómo funcionan las cosas, y eso me llevó a consumir todo lo que podía en forma de libros y documentales. Pero también soy un gran amante de la ciencia ficción, y sagas como Star Wars, Stargate, Star Trek y otras acabaron haciendo que mi pasión por el espacio dominase y me decidiera por estudiar astrofísica. Este interés también me llevó a dibujar bastante e incluso escribir relatos o divulgación, y hacer animación de escenas en 3D (¡incluso participé en la creación de una película de Star Wars hecha por fans!). Y como la ciencia ficción suele ir acompañada de la fantasía, también soy un gran fan de El Señor de los Anillos y uno de mis hobbies es el tiro con arco, que espero poder retomar tras la pandemia.

Al dividir la luz del Sol en los colores del arcoiris no vemos todo lo que hay porque algunos tipos de luz nos resultan invisibles: más allá del azul y violeta está el ultravioleta, y más allá del rojo se encuentra el infrarrojo. El infrarrojo es luz que emiten objetos templados que no están tan calientes como para brillar al rojo vivo, y puede servir para detectar nubes de gas y polvo en galaxias en las que se están formando estrellas. Sin embargo esto no siempre es fácil, porque los gases de efecto invernadero en nuestra atmósfera absorben parte del infrarrojo y nos hacen muy difícil verlo en otras galaxias con telescopios situados en la Tierra.

Para solucionarlo, este diciembre se lanzará el telescopio espacial James Webb (un nombre poco apropiado), que una vez en el espacio desplegará un espejo de 6 metros y medio de diámetro y un escudo del tamaño de una pista de tenis que evitará que el Sol lo caliente. Tras el lanzamiento tardará unos seis meses en enfriarse y hacer las pruebas necesarias antes de las observaciones de verdad, pero mientras tanto tenemos que prepararnos para cuando lleguen. En mi trabajo estamos aprendiendo cómo tendremos que trabajar con los datos (son algo complicados de manejar), y para eso hay que simular con ordenadores cómo se verían las galaxias a través de este telescopio. Así podremos ir viendo los problemas que pueden surgir, cómo solucionarlos, cómo mejorar nuestras técnicas, y tener una idea de lo que esperar cuando por fin lleguemos a ver algo que nadie ha visto hasta entonces. ¡Para saber si realmente estamos haciendo un descubrimiento, hay que asegurarse de que lo que vemos venga de la galaxia lejana y no del propio telescopio!

A continuación pongo un vídeo del camino que sigue la luz en el instrumento del telescopio con el que trabajo, para mostrar lo complicado que es reconstruir luego lo que se observó:

En astrofísica ya casi no pasamos tiempo mirando al cielo directamente por un telescopio. Para registrar la luz que nos llega ponemos cámaras digitales en vez del ojo, podríamos estar intentando observar partes de la luz que nuestros ojos no ven, o el telescopio podría estar en el espacio totalmente inaccesible. Así que los datos del telescopio los recibimos en ordenadores para trabajar con ellos. También usamos ordenadores para hacer cálculos con esos datos o para decidir qué más datos pedir a los observatorios, y también para escribir los resultados y comunicarnos con el resto de personas que hacen la investigación. Para acceder a resultados de otras personas también lo hacemos por internet, y yo personalmente cada vez imprimo menos cosas y lo leo todo en pantalla. Así que en el trabajo paso el tiempo delante del ordenador, o de reunión con otras personas… llevando el ordenador para mostrar resultados a los demás.

Aunque buena parte del trabajo con ordenador podría hacerlo en casa, y funciono mucho mejor de noche para estas cosas, a quienes estamos contratados por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial no nos dejan teletrabajar. Y como el Centro de Astrobiología está dentro de la base de Torrejón de Ardoz, me tengo que levantar a las 6:30 de la mañana para llegar en bus hasta allí. Después de unas 7 u 8 horas al ordenador, vuelvo de nuevo en bus a casa y empiezo a cocinar, así que como algo tarde. Pero aun así logro sacar algo de tiempo para leer, mirar internet, ver series o incluso escribir algo de divulgación en mi blog. Eso sí, debería acostarme antes y dormir más…

Durante la pandemia he dado algunas charlas online y participado en la grabación de podcasts y retransmisiones de divulgación tanto por YouTube como Twitch, pero siempre han sido con la webcam de mi portátil y un pequeño micrófono en mis auriculares. Llevo tiempo pensando dar el paso para hacer divulgación por mi cuenta en estos medios, pero esto requeriría mejores condiciones. Si ganase, el dinero del premio lo dedicaría a una cámara, un micrófono, software de edición y tal vez un monitor para poder hacer las grabaciones y retransmisiones con buena calidad.